Llega el ecuador de la Semana Santa, los días desde que escuchásemos el Pregón Oficial, han pasado rápido, muy rápido. Lejos queda ya el ligero que despierta a Úbeda con la banda de cabecera del Borriquillo y los cohetes del Domingo de Ramos, lejos están ya las levantás a nuestra Señora de Gracia y el racheo silencioso de los costaleros de la Pasión, pasado está en el tiempo el Vía Crucis de Úbeda y las Lágrimas de María, ya es Miércoles Santo, y hoy el día es salesiano, hoy es día de Prendimiento.
Sus costaleros hemos esperado muchísimo este momento, lo hemos añorado, pensado, soñado y llorado porque no llegaba. Hemos ensayado y hemos sufrido, hemos reído y hemos pasado momentos de alegría y de dificultad, benditos esos “braseros” de nuestra cuadrilla.
Pero ha llegado, hoy es el día en el que Cristo cambia su mirada, hoy sus ojos se inundan del color celestial para estar con sus hijos, hoy Úbeda es mirada por unos ojos que brillan más que el sol, que nos transportan, que nos llenan, que nos invitan a mirarlo, a hablar con Él, a orarle y a escucharle, a reflexionar en nuestra fe.
El Prendimiento da pleno sentido al Miércoles Santo y a la Semana Santa ubetense, viene a llenar nuestra ciudad de su alegría salesiana, de su sabor a barrio, de su diferente forma de ser como Cofradía, de la dulzura de una Madre del Auxilio que está ya deseosa de empezar a ser portada, viene a adelantar el Getsemaní ubetense a la noble y leal ciudad de los Cerros, a la ciudad de los olivos, al mejor escenario posible de todo el mundo para conmemorar entre piedras renacentistas, campos de olivares y cerros, el prendimiento de Jesús el Nazareno.
Miércoles Santo, Prendimiento, Salesianos, Úbeda, he aquí la mixtura perfecta.
Hoy es Miércoles del Señor Prendido.
✍️ Antonio Jesús Hidalgo Campos
📷 Antonio Jesús Hidalgo Campos
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